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La moda oriental

Últimamente, con las redes sociales siendo nuestra principal fuente de información, la moda se ha visto estimulada por las diferentes culturas en el mundo. Digo ‘últimamente’ porque es relativamente nueva la oleada de inspiración y diseñadores provenientes del Oriente. Se han colocado en la industria rápidamente posicionándose en un lugar que, en un descuido, superará a Estados Unidos y a su moda occidental.  Han desmentido la popular y vieja creencia de que la moda era inexistente en el Oriental. Aún y cuando predomina el pensamiento de que la moda fue definida por los europeos, la creciente obsesión por la influencia asiática comienza a cuestionar esta teoría.

Cuando pensamos en la estética asiática, nuestra mente viaja a través de los tiempos y la visualiza como lo que es, una de las civilizaciones más antiguas. Al irnos sobre esta idea, la representación de la cultura y moda china es vista como algo lejos de ser moderno. Los países del Occidente, olvidando que existen culturas independientes del otro lado del mundo, se catalogaban a sí mismos como los máximos enriquecedores de la moda actual, otorgándose el papel de dictadores de tendencias.

Las diferencias entre el estilo que predominaba en el Oriente y las que destacaban en el Occidente, eran indudablemente notorias. No existía ni existe un punto de comparación. En el Siglo XIX en el Oriente, las mujeres solían vestir prendas sueltas que en su mayoría cosían a mano utilizando todo el ancho de la tela. Mientras tanto, la entonces moda europea y americana, se inclinaba a piezas que abrazaban la figura. Con el propósito de resaltar, exagerar y engañar a la vista; la tendencia en el mundo occidental se caracterizaba por su uso de flecos, volantes y corsés.

La belleza de la vestimenta tradicional oriental, se convierte en una fascinación para el resto del mundo. Tratados como símbolos de su cultura, la gente reconocía el acto de poseer una pieza de arte como algo que definía una clase social alta. Si con el simple hecho de adquirir un objeto extranjero era sinónimo de poder, imagina lo que provocaban los exquisitos bordados orientales, los colores vivos de sus textiles elegantes como la seda y/o cualquier manifestación de la estética oriental. Su extravagancia, conforme se iba descubriendo, lo hacía cada vez más popular y deseable, volviéndose en una prenda ú objeto que valía la pena tener por su belleza eterna y atemporal. Tarde pero rápidamente, los fashionistas abrieron el panorama y reconocieron al Oriente como una inspiración independiente y estética para la moda globales.

Gracias a su crecimiento de manera exponencial, se sitúa como una cultura que puede competir con países en donde se creía que la moda en el Oriente era inexistente. Su presencia en el mundo de la moda logró cuestionar la idea de que la moda tenía un sólo origen. Los países occidentales tenían una imagen distorsionada de la ausencia de la moda en el resto del mundo, pudiéndose interpretar como una teoría un algo ignorante.

Los detalles de la moda oriental comúnmente copiados son: el escote mao, los botones que se cierran en nudo, bordados metálicos, motivos históricos como el dragón, el traje mao (también conocido en inglés como Zhongshan suit), el vestido qipao, el kimono, escotes cruzados, batas de seda, entre otros. Piezas icónicas de la cultura oriental que han dejado un legado en la moda, usualmente preferidas por los amantes de la moda que le dan su propio twist. El estilo oriental recibió su merecido reconocimiento y se ha renovado a través de los años para mantenerse a la par con la modernización global. La tendencia oriental ha probado inesperadamente su valor tornándose en una gran influencia en las pasarelas. Es así como el Oriente ha asegurado su lugar en la historia de la moda y que, indudablemente, se ha convertido en una de las tendencias favoritas entre diseñadores, creativos y conocedores.

La moda ha logrado unir y conectar al mundo. Las tendencias se intercambian entre culturas, prestándose como inspiración para los diseñadores. Expandir nuestro conocimiento e influenciar nuestro estilo con elementos de otras culturas nos regala la oportunidad de reinventarnos, definir nuestro estilo como algo más que único, algo inigualable.

Para esta editorial, Eugenia Sofía y Alexis se dejaron retratar por la cámara de Joaquin Arellano. Con un mood y props muy orientales, nos quedamos ansiosas por ver el remake de Mulán. Checa aquí la sesión completa con ropa de una de nuestras favoritas, Agent Anouck: